Se despidió el 2021 y como regalo final nos dejó la nueva entrega de Cobra Kai; la cuarta temporada toca el cielo en 10 grandes episodios. Si aún no la has visto y no quieres SPOILERS te recomiendo que dejes de leer ahora mismo, pero si ya disfrutaste de las emociones que se vivieron en All Valley, acompáñame en esta humilde reseña y crítica.
El final de la tercera temporada dejó la vara muy alta, además las apariciones de los personajes clásicos nos golpearon justo en la infancia y crearon grandes expectativas para la cuarta temporada y afortunadamente no decepcionaron.
Con Robby (Tanner Buchanan) desubicado y Kreese (Martin Kove) en total control de Cobra Kai, Johnny (William Zabka) y Daniel (Ralph Macchio) debieron hacer a un lado sus diferencias para luchar contra un enemigo común, un hombre que rompe con el balance que existía en el valle y amenaza con destruir todo lo que nuestros protagonistas aman y defienden.
La tónica a pesar de ser la misma que en las tres anteriores temporadas no está para nada gastada, al contrario es bastante bien aprovechada. Los personajes están bien explorados y han evolucionado agradablemente con el paso de la serie. Dentro del elenco juvenil es difícil no empatizar y tratar de comprender el motivo de sus actos y es que en ambos bandos pasan de ser víctimas a victimarios y puedes entender el por qué. Me gusta que se respete la humanidad de todos los personajes, se exploran las motivaciones y demonios internos, ninguno es tan terriblemente malvado o asquerosamente bueno, hay matices y éstos son bien empleados.
Aunque sabíamos que la unión de Eagle Fang y Miyagi-Do no duraría, fue entretenido ver a Johnny tratar de entender el estilo defensivo de Daniel, pintando las paredes del viejo dojo del Señor Miyagi, comprendiendo la filosofía del antiguo maestro y el por qué "la mejor manera de evitar una pelea es no estando en ella". Y por supuesto a Daniel San sacando su lado agresivo, entrenando un estilo más físico y duro. El enfrentamiento con el equipo de hockey en el que hace gala de grandes movimientos, dejando fuera de combate a los 4 hombres, mientras Johnny come un pretzel, fue fantástico.
Al final son los alumnos quienes superando a sus maestros consiguen crear una fusión de estilos, pese a la inestable relación de sus senseis. El enfrentamiento entre Daniel y Johnny era de esperarse, al igual que el resultado que por supuesto fue un empate.
Por otro lado sumar talento joven ha ayudado bastante a mantener fresca la historia, el camino sufrido por Kenny (Dallas Dupree Young) en su enfrentamiento con Anthony LaRusso (Griffin Santopietro), el menor de los hijos de Daniel, te hace mantener la atención en todas las vertientes de la historia y el desarrollo de los menores es destacable.
LOS VILLANOS
Para que una historia sea buena, es necesario tener grandes villanos y el peso de ésta cae en dos hombres cuya visión de justicia está sumamente retorcida, dentro de la mente de Kreese, él sólo busca ayudar a Johnny, sin importar sus métodos. Es manipulador y egocéntrico, pero indudablemente inteligente. John sabe que la única manera de derrotar la unión entre Lawerence y LaRusso es con una unión aún más fuerte y sólo existe otra cobra que puede ayudarle a recuperar su grandeza perdida hace tantos años, Terry Silver.
Por su parte nos encontramos a Terry (Thomas Ian Griffith), quien fuera el villano en Karate Kid 3, hace su aparición en la serie como un millonario retirado, disfrutando de la vida entre reuniones elegantes y tofu. Kreese aparece para nublar su mente y ser ese detonante de psicopatía y traumas de guerra.
Terry vuelve a All Valley y se une a su antiguo capitán para entrenar en Cobra Kai.
EL TORNEO
Por supuesto la pieza culminante de la serie como lo fue en las películas es el torneo, en éste nos encontramos con cambios en el formato, nos presentan una exhibición de armas y habilidades y los combates que darán a 2 vencedores un varón y una mujer. Finalmente un campeón general que será el que más triunfos acumule en todas las competencias.
Recordemos que la apuesta ya estaba en el aire, el perdedor debía cerrar su dojo y retirarse.
Se nos regalaron grandes combates y movimientos que valen muchísimo la pena, pero también momentos destacados y de introspección en los personajes juveniles principales. Sam (Mary Mouser) quien se ha decantado por escoger un estilo de Karate propio, fusionando los estilos de su padre y de su co-sensei, Johnny. Miguel, el campeón, tiene muchos momentos de reflexión, en los que se siente atraído por la calidez del estilo de Miyagi, pero sobre todo por su necesidad de encontrarse a sí mismo. Miguel toma la decisión de hacer a un lado el Karate y encontrar a su padre.
Robby y Tory tienen un notable crecimiento y redención, encuentran cierta paz en sus actos y buscan hacer lo que consideran correcto.
La exhibición del torneo es grandiosa, digna de la saga a la que pertenece.
EL FINAL
Si bien la reaparición de "Mantarraya"(Paul Walter Hauser) parecía ser nada más que parte del ambiente cómico de la serie, el personaje es fundamental para el plan final de Silver para deshacerse de Kreese y erigirse como la cobra mayor.
Silver fue cayendo poco a poco en el abismo, empujado por el mismo Kreese y ahora en las tinieblas de su mente es más peligroso que nunca, pues se ha deshecho de su debilidad, el mismo Kreese. Para enfrentar a Silver; Daniel y Johnny necesitarán el apoyo el uno del otro, el de sus alumnos y de alguien que se les une desde Okinawa.
La temporada culmina haciéndonos pedir más y es una muestra de cómo la nostalgia y la modernidad se pueden unir y dar un resultado sumamente disfrutable.
Mi calificación es 4.5 estrellas.