Recientemente se ha estrenado en la plataforma de streaming, Netflix, la nueva versión de Saint Seiya o como los conocimos en México, quienes crecimos con la versión de anime, "Los Caballeros del Zodiaco". Si ya tuviste la oportunidad de ver la versión de Netflix, adelante, continúa con la lectura, si no lo haz hecho y pretendes verla, te advierto que puedes encontrar spoilers en la siguiente entrada.
Los Caballeros del Zodiaco, al igual que Dragon Ball, Los Supercampeones y otras series, forman parte importante de la infancia de muchos treintañeros o chavorrucos, como prefieran considerarse. Muchos tuvimos las figuras de acción, nos emocionábamos al ponerle la armadura a aquel muñeco o pasábamos horas con nuestros amigos fingiendo que eramos los gloriosos caballeros de bronce, que luchaban por salvar a la diosa Atena. Aprendimos sobre la mitología griega, las constelaciones y hasta de física. Por lo tanto el anuncio de una nueva serie, nos llenó de emoción y es que nuestra generación es una que se alimenta de nostalgia.
Sin embargo temo decir que no estoy del todo complacido con la entrega, hay algunos puntos que me dejaron con un mal sabor de boca y un poco decepcionado. Si bien, no todo es malo, creo que el gigante del streaming nos quedó a deber con esta primera temporada.
Te dejo lo bueno, lo malo y lo horrible de "Los Caballeros del Zodiaco" de Netflix.
Lo bueno.
La animación es buena, aunque por momentos se llega a extrañar la tradicional animación en 2D y sobretodo con los avances que se mostraron en la Saga de Hades, que es visualmente impactante, pero realmente la animación es pasable, da gusto ver a los caballeros con sus armaduras, las tomas son excelentes y llenan visualmente al espectador. La escena de Aioria de Leo con su armadura me gustó bastante, se logra ver imponente. Digamos que la animación como herramienta para atraer a las nuevas generaciones puede lograr su cometido.
El doblaje curiosamente ocupa dos espacios en esta publicación y es que escuchar las voces originales de Shiryu de Dragón, Ikki de Fénix y Atena interpretados por Ricardo Mendoza, Marcos Patiño y María Fernanda Morales respectivamente, es un deleite. El Cisne, Hyoga es interpretado también de muy buena manera por el actor Alfonso Herrera, mejor conocido por sus actuaciones en telenovelas y películas mexicanas. Alfonso afronta el reto en lugar del señor René García (también recordado por darle voz a Vegeta, en Dragon Ball) y desde mi punto de vista, hace un gran trabajo, logrando por momento sonar muy similar a René, sobretodo en su famoso grito de batalla "Polvo de Diamante". En general el doblaje es agradable, está bien logrado y llevado por una buena dirección.
Lo malo.
Todo parece transcurrir demasiado rápido, incluso se logran sentir algunos huecos argumentales. El giro de la historia y la profecía sobre Atena, quien en esta ocasión llegaría a la tierra para sucumbir ante Poseidón y Hades, no parace cuajar del todo. Esta profecía que podría funcionar como recurso narrativo, se siente improvisada y sin fundamento real. La batalla contra el ejército del personaje Vander Guraad, (un personaje totalmente nuevo y exclusivo para esta adaptación), a quien se le toma como antagonista principal y contraparte de Mitsumasa Kido, en esta primera temporada, es totalmente ridícula y sus ambiciones no son expuestas de buena forma, precisamente por la celeridad de la serie.
Me parece que a pesar de la animación que como mencioné líneas atrás no es mala, al momento de lanzar sus poderes o golpes especiales pierde totalmente su fuerza. Los caballeros de bronce parecen ser sumamente débiles enfrentando a sus rivales, no imponen ningún respeto y sus personalidades son más bien tibias, parecen ajenos, al uso del cosmos. Las batallas son simples, sin chiste y transcurren con una rapidez que no permite al espectador sentir ninguna emoción; comparadas con la saga original que se caracterizaba por los ríos de sangre y la violencia explícita, son muy, muy ligeras. Durante el torneo galáctico, los caballeros que perdían se iban sin más, no existe un cuadrilátero, ni espectadores, sólo Saori, Tatsumi y los mismos guerreros. Parece una especie de club de la pelea, bastante chafa.

También me hizo falta el opening doblado, se extrañó bastante.
Shun y su cambio de género. No me desagrada del todo ver a Shun ahora como mujer, vamos ya era bastante femenino y de hecho hasta representa a Andrómeda, aquella mujer encadenada en la roca, expuesta a un monstruo marino para apaciguar la furia de Poseidón. Sin embargo para los que estamos acostumbrados al caballero de la armadura rosa, nos resulta un poco extraño. Supongo que ahora ya no resultará tan desagradable para Hyoga que lo caliente Shun con su cosmos. Bien ahí, campeón.
Lo horrible.
La voz de Seiya de Pegaso. Desastrosa la interpretación de Darío Yazbek Bernal, hermano del famoso actor, Gael Gacía. Triste, lamentable, desafortunado, cualquier adjetivo se queda corto para describir el fiasco. El actor o Startalent, como llaman en el medio del doblaje a las personas que prestan su voz para realizar esta labor, sin ser profesionales deja clarísimo que lo suyo, lo suyo no es el doblaje. Jesús Barrero, quien hiciera la voz original del caballero de pegaso lamentablemente falleció en el año 2016 y deja un hueco enorme que tristemente Yazbek está lejos de cubrir. Y es que ahora Seiya parece un niño fresa y mimado, sus diálogos no tienen la más mínima fuerza y no transmite emoción, es probablemente la gota que derrama el vaso en esta falllida adaptación de la obra de Masami Kurumada.
Espero que si se realiza una nueva temporada puedan corregir los errores y que Netflix recuerde que no sólo las nuevas generaciones ven sus producciones, un gran grupo de treintañeros esperamos con ansias cada entrega de lo que fueron nuestras series de la infancia.
Esta es mi opinión, pero por supuesto la tuya es la que cuenta, hasta pronto.